De estos tiempos tumultuosos emergieron dos facciones.
. Los recién llegados no hundían sus raíces en el idealismo de sus predecesores, sino en el oportunismo, la dureza, la crueldad y, sobre todo, en el compromiso con la propia supervivencia. Después de que la primera oleada de grandes naves coloniales partiera de la Tierra, el júbilo de la humanidad duró poco.